¿Cuándo acudir a un profesional?


... Pero ¿el asunto es tan grave?...

No, no es tan grave. ¡Esa es la cuestión…!

Estamos acostumbrados a acudir a los profesionales cuando las cosas están tan mal que es muy complicado recuperar el equilibrio.
¿Por qué no hacerlo antes? Antes de que todo parezca tan complicado que sea muy difícil identificar los problemas...
Un buen momento para acudir a un psicólogo es cuando surge alguna dificultad en el niño y/o en la relación con sus padres que, por algún motivo, genera malestar, incomprensión o deterioro en la convivencia familiar. 


¿Qué cosas pueden mejorar?

En un alto porcentaje, las principales dificultades que se detectan en la infancia están relacionadas con algún tipo de desajuste con el vínculo de apego entre padres e hijos. Y, por tanto, en muchos casos, un reajuste en la pautas de relación suele ser suficiente para que las cosas vayan muchísimo mejor.

Por desgracia, los psicólogos no podemos ofrecer recetas “mágicas”. Excepto en algunos aspectos muy básicos, no existen pautas para todo el mundo. Cada niño/a, cada madre y padre tienen características de personalidad y patrones de conducta diferentes.

En ocasiones, el origen del conflicto no está en la relación padres-hijos sino en las peculiaridades del niño/a (trastornos de origen endógeno). En estos casos no será suficiente con cambiar las pautas paternas, se aconseja una atención terapéutica especializada directamente con el niño/a. 


No tengas miedo…

Un buen padre/madre es aquel que quiere lo mejor para sus hijos.
Si tienes hijos y estás leyendo esta información, sin duda, eres una persona interesada en temas que puedan ser buenos para tus hijos.
No tengas miedo de revisar tu comportamiento como padre/madre. Nosotros queremos ayudarte, NO juzgarte.
Sabemos que es muy difícil poner las cartas sobre la mesa y tomar la decisión de cambiar ciertas cosas pero... ¿no crees que merece la pena intentarlo? 


Dra. Carolina Callejas Alejano (psicóloga de familia)